

Nada más pasar la puerta, a la
izquierda se sitúan unas escaleras en forma de caracol revestidas de los mismos
colores que contiene la fachada. En el techo, se aprecia un gran ventanal en forma
de decágono que deja pasar la luz al interior como si en el exterior
estuviésemos.
Por saber un poco de su historia,
este mercado se construyó en 1840 estando los puestos sin cubrir y poco a poco
se fue construyendo una estructura de hierro y cristal. En 1928, con el
objetivo de ampliar el número de puestos, se realizó un nuevo mercado de
hormigón armado, con espacios abiertos y buena ventilación, creando un mercado
del estilo Art Decó. En el año 2008, tras una profunda investigación, se dieron
cuenta de que había un déficit estructural debido a la composición del hormigón
armado: se había utilizado arena de playa para ello. Consecuentemente, se
realizó otra reforma siendo la estructura de la que podemos disfrutar el día de
hoy.
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