Otra de las
asombrosas obras que nos podemos encontrar en esta ciudad vizcaína es Puppy
(cachorro en inglés), creación de Jeff Koons, artista dedicado principalmente a
la escultura, pero también a la pintura y fotografía. Jeff Koons alcanzó la fama a mediados de la
década de los 80, época en la que los artistas exploraban el sentido del arte debido
a la saturación de los medios de comunicación.
Koons diseñó
esta escultura con la finalidad de atraer, suscitar optimismo e infundir
confianza y seguridad. Es un monumento al sentimentalismo. Fue construido en
1992, al aire libre, al lado del Museo Guggenheim. Se trata de una escultura de
12 metros de altura cubierta de diversas flores naturales que se cambian dependiendo
la estación del año. Se sostiene sobre una estructura metálica sobre la cual hay
una capa de tierra protegida por tela verde, dándole vida a la plantas. Está
dotado de un sistema de riego interno. Encima de la tela verde se entierran
alrededor de 50.000 plantas cada temporada hasta cubrir por completo toda la
estructura. La plantas que son retiradas, se les regala a los visitantes
presentando la entrada al museo.
Antes de que
llegase Puppy a Bilbao, estuvo instalado en los jardines del castillo de Arolsen, en Alemania, y ante
el Museo de Arte Contemporáneo de Sidney. Koons pidió que la obra no fuera
protegida con vallas porque quería que el público la quisiera y lo consiguió ya
que decenas de personas se fotografían cada día ante Puppy, un cachorro que llena a los espectadores de admiración y de alegría. Otra de sus obras que se encuentra esta ciudad son los tulipanes, un ramo de flores concebidas a modo de globos de colores, también situado ante el museo.
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